Shock Insulínico: Buenos Aires.

Después de tocar timbre 3 veces, y de darme cuenta de que no ibas a responder y menos que menos abrirme la puerta, salí del palier de tu departamento y enfilé para mi casa. Preferí, en vez de seguir por Perón unas cuadras mas, doblar por Rodriguez Peña, donde de paso, puedo pasar por un cajero con poca cola.

Mirando las escasas vidrieras que hay, y sin muchas ganas, seguí escuchando The Smiths distraídamente. Me prendí un pucho. Todas pelotudeces.

Llegando casi a la esquina, un Bora negro me llama la atención. No suelo mirar autos, pero vi la patente y pensé "No puede ser casualidad", las siglas de mi ex. No creo en el Destino, pero fue un guiño del Universo.

Adentro, veo a un hombre con sus años encima,de traje.Sonrío. Recuerdo lo que alguna vez escuché decir a mi viejo: "Una buena impresión se genera luciendo camisa blanca y corbata roja.".

Tiene la ventanilla abierta, y lo veo por el espejo retrovisor. Ojos marrones, pero una mirada que me hace bajar la mia. Y eso no pasa seguido.